LA GENTE VA CADA VEZ MENOS A LOS TOROS.

Cada vez nos quejamos más de que no acude la gente a las plazas de toros, sobre todo los empresarios cada vez echan más las voces al vuelo, diciendo que cada vez es más insostenible montar una corrida de toros o cualquier otro festejo. Ahora todo son incertidumbres y preguntas que echamos todos al viento, preguntándonos que es lo que ha pasado con ese público que hasta hace unos años y no muy lejanos, llenaban nuestras plazas diariamente. Cierto es, que algo ha pasado y está pasando, de eso no hay discusión alguna, el problema está en saber exactamente de donde proceden los errores, y quienes son los culpables para que la gente no acudan a las plazas de toros.

Primero, partimos de la base, que los aficionados al mundo del toro, son cada vez menos, mayormente por no haber tenido promocionada la fiesta como quizás la tuvieron nuestros antepasados, aunque estos no dispusieran de las tecnologías que hoy en día se puedan tener. Hoy, si salimos a la calle y preguntamos que ganaderías y toreros conocen la gente, la gran mayoría nos dirían que las ganaderías más conocidas son los encastes Domeg y Núñez, y si preguntamos toreros, o nos contestan esos que

avasallan diariamente a la prensa rosa, o simplemente, nos hablarían de Ponce, Juli, Morante y poco más. Una vez visto esto, bien claro es, que sin duda alguna, el problema más importante es el desconocimiento de la fiesta taurina, aunque bien cierto es, que este no es tan solo el único problema, hay otros muchos y precisamente estos han sido derivados y ocasionados por los propios aficionados, pero sobre todo los que manipulan esta fiesta, que por desgracia son cuatro los que la manejan y a estos más que la fiesta les interesa, ver recaudadas sus harcas económicas.

He sentido en un medio taurino decir a un ganadero muy conocido por todos los aficionados y también gente no aficionada, que quizás abría que llevar toreros más conocidos para torear su ganadería, para que así la gente acudiera mas a ver sus toros en la plaza. Este ganadero de quien hablo, es Victorino Martin hijo. Vergonzoso, es lo que este señor pretende, dice que los toreros que torean sus toros, no son conocidos y ese es el motivo que no llenen sus toros las plazas. ¡Señor Victorino, no sea mísero con la fiesta, todos sabemos más que de sobra que montar una corrida con sus toros, es más que de sobra sabido, que es inviable económicamente, una corrida de las suyas valen lo que tres o hasta cuatro corridas de toros de otras ganaderías (cosa que no es normal, y aun menos equitativa con los gastos que conlleva una corrida de toros, las empresas no le salen las cuentas con esta ganaderia, a no ser que la evaluación de lo económico de esa corrida lo junte con toda una feria). No tiene bastante con eso, que como está viendo que por culpa de la crisis las plazas de toros no se llenan, usted pretende que sus toros los toreen toreros de tirada económica en taquilla, y por si no tiene bastante, que la televisen o las retransmitan por internet, como bien usted dice, para que puedan ser sostenibles sus toros y esos toreros, que tanto usted como los toreros tienen un canon económico un poco elevado! Este señor y ganadero, lo que pretende es que no dejen de ir la gente a ver sus toros a la plazas donde estos estén anunciados, de lo contrario, el sabe que conforme hoy están las cosas y mas con la crisis económica, sus toros se pueden ver más desvalorados económicamente, cosa que este señor no se hace la idea. A este hombre le importa un pimiento la fiesta, él le da igual como pueda un empresario montar una feria taurina, si con más o menos trabajo o recompensa, a este ganadero lo único que le importa es, que él no pierda dinero viéndose sus toros desvalorizados por no ir la gente a las plazas.

Este es un ejemplo de otros muchos, como vemos el egoísmo de un ganadero, que después de saber todo el mundo que una corrida de toros de su ganadería, esta pagada por más de tres veces su precio comercial, a él lo único que le importa, es tan solo seguir que sus toros no dejen de desvalorarse, conllevando y arrastrando lo que haga falta por delante, aunque este sea el principio del fin de la fiesta taurina. Pienso y creo, que la mejor manera de poder castigar a esta gente tan dañina hacia la fiesta del toro, esta seria, dejando totalmente de ir a ver sus corridas de toros, abrirían los ojos, se le quitaría el mando que hoy en día tienen sobre la fiesta y se le daría una lección a tiempo, para que se quitara la venda que tienen sobre los ojos de la propia fiesta.

Dándonos cuenta de casos como los de este mísero ganadero, veremos como la fiesta taurina no pude seguir como va, este no puede ser el camino para que la gente vaya a los ruedos taurinos para que al mismo tiempo que se puedan hacer aficionados a la fiesta, esta se pueda seguir manteniendo y sosteniendo económicamente. Esto, ya lo he dicho en otras ocasiones, está en las manos de los aficionados, esos que vamos
tarde tras tarde a llenar las plazas de toros. Nos quejamos que las entradas son demasiado caras para el acceso a las plazas, que los toros se caen, que siempre vemos a los mismos toreros, que la fiesta carece cada vez mas de su integridad, que vemos siempre los mismos encastes y sobre todo el mismo monopolio de toro, manso, manejable, bobalicón, etc. Esto no tiene nada más que el camino a tomar que aquí os comento, castigarlos en taquilla, y solo ir a ver esas corridas que de verdad merecen la pena, por el trabajo de esas empresas que apuestan, por toreros y ganaderías nuevas.

Siguiendo hablando de estos ganaderos que tan solo se ven representados por sus beneficios económicos, y que hoy están viendo que sus ganaderías pueden verse mas desvalorizada, aunque esto no quiera decir que le vaya a llevar a la ruina económica ni mucho menos, ni aun menos que no le sea la ganadería rentable. Pues bien, estas ganaderías en su día, estuvieron en un buen momento, el cual los propietarios de estas ganaderías, aprovechan para subir el canon de las mismas, viendo la gran demanda que están obteniendo en ese momento. Esto no lo veo mal, pero entre comillas, es lógico que un ganadero pueda sacar una rentabilidad económica de su ganadería, por haber trabajado y luchado día tras día por ella y haber conseguido unos rendimientos aceptables o muy aceptables, ahora, lo que no veo bien al igual que la inmensa mayoría de los aficionados, que de esos buenos rendimientos de la ganadería y aprovechando ese tirón de buen momento de la misma, se empiece a levantar la mano en lo exhaustivo a la hora de clasificar vacas para madres, porque como estas ganaderías tienen demanda de toros, hay que dejar vacas como sea para madres, trayendo consigo, lo que hoy en día estamos más que viendo y he mencionado anteriormente, toros bobalicones, mansos, descastados y completamente inválidos. Esto es exactamente lo que le ha pasado a Victorino Martin, al igual que a otros muchos, pero con la diferencia, que no saben reconocer que sus ganaderías no están donde estaban en su día, queriendo cobrar el mismo canon por sus toros, conllevando a la fiesta a lo que sea y haga falta, que no es otra cosa que su desaparición.

La verdad, es que cada día va menos gente a las plazas de toros, y lo que es peor, menos aficionados son los que vamos quedando, pero por culpa de gente como estos ganaderos. Aunque, si pensamos solo un poquito, nos daremos cuenta que la culpa no son tan solo de ellos, sino de nosotros que allí donde nos anuncian sus toros, vamos
a verlos, aun sabiendo en el fondo, que esa tarde vamos a salir más que engañados y decepcionados. La única manera de hacer afición y llevar genta a las plazas de toros, es dándole oportunidades a gente nueva, toreros, ganaderos, empresarios, pero claro está, que estemos al principio hay los aficionados para poder apoyarle, y es más, nosotros los aficionados, sabemos más que de sobra que con toreros y ganaderías nuevas, podemos ver mejor espectáculo que con lo cotidiano y lo mismo de siempre.

En fin, tiempo, paciencia y esperanza es lo único que podemos tener los aficionados por la fiesta para que esta no se nos siga derrumbando, mientras esto no tenga un cambio de rumbo por los órganos y autoridades correspondientes. Esperemos que el día que estos quieran poner a buen recaudo nuestra fiesta nacional, no sea ya demasiado tarde.