En primer lugar, y en esto creo que estarán de acuerdo conmigo la mayoría de los taurinos, es por amor al toro bravo: su estampa, su altanería, su elegancia… no las aprecio con igual majestad en ningún otro animal. El toro bravo de verdad, vive y muere poderoso y valiente, noble y libre. Sólo agacha la cabeza para embestir, no rechaza la pelea ni el castigo, y lo hace con verdad. Una verdad que se encuentra en ciertas personas pero que se diluye en esta sociedad insulsa.
Pero, el toreo, al igual que el toro, es verdad, Una representación teatral de la vida, una tragedia salpicada de esperanza e ilusión, de miedo y dolor, un sube y baja que sólo en escasas ocasiones lleva a la gloria, una gloria efímera per eterna.
Así es el toreo, efímero y eterno. Efímero por irrepetible, por crear en movimiento, por moldear un alma viva y diferente cada vea, por afrontar con unos sentimientos distintos cada faena. Eterno cuando animal y hombre evolucionan en su encuentro hasta llegar a entenderse, cuando el torero se rompe para crear y el toro para embestir, cuando la violencia se transforma en lentitud y la pasión fluye y el arte conmueve.
Un arte que ha inspirado a todas las demás disciplinas artísticas: vasta es la literatura que trata de ella y rico su propio lenguaje; la arquitectura ha elegido a lo largo de diferentes épocas cosos de enorme belleza, la fotografía ha plasmado su hermosura, la escultura ha buscado modelar su magia, así como la pintura; la música le debe un genero propio además de su influjo en otros diversos; y se podría hablar también de cine, el diseño, la danza…
Como arte y como sentimiento, así amo a la tauromaquia: un amor de los que no mueren, sincero; de los que pueden hacer llorar de felicidad, de los que dan esperanza; esperanza que siento cada vez que se acerca una tarde de toros por salir de la vulgaridad y de la desidia, por recuperas la ilusión de crear, por volver a soñar con la eternidad y la trascendencia…. Por formar parte de esa liturgia ancestral que dibuja la existencia como una oportunidad y la muerte como un final digno.
Autora:
Mónica Belmont Issa
1 comentario:
Con esta imagèn, muy muy muy facil describir "sentimientos": que maravilla de la naturaleza, y como no tener sentimientos?
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