
Qué duda cabe, el toreo no tiene edad. Lo mismo vemos toreando a un niño con sabor añejo, que una persona mayor con un espíritu de torero joven, que grande es el toreo, que tendrá el toro que una vez que lo pellizcas no puedes dejarlo ni olvidarlo.
¡Está muy claro!, en este mundo no hay edad, solo sentimiento y un querer hacia la fiesta, pero eso sí, siempre respetando y sobre todo amando a este animal tan bello y noble, “EL TORO BRAVO”.
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