Los aficionados deberían fijarse mucho más (aparte de en toros y toreros) en que tipo de empresarios tiene la Fiesta y en concreto los de las plazas que más frecuenta; quienes son y como funcionan.
Algunos ejemplos de empresarios malos:
Los que no tienen afición y consideran que el toreo está en liquidación por derribo.
Los que ponen una mano de canto en la mesa y la otra de cuchara en el filo de la misma llevándose todo lo que pueden día a día, -como si la Fiesta Brava no tuviera futuro .
Los que intercambian entre ellos, toros, toreros y plazas, -como si fuesen los dueños de vidas y haciendas.
Los Municipalizados y especializados en novilleros y toreros ponedores.
Los que tienen la cara dura de autodominarse promotores de espectáculos públicos huyéndole a la quema tratando de situarse políticamente correctos, y ya no se acuerdan donde hicieron su fortuna.
Y de los buenos:
Y por supuesto fijarse en quienes son y no cargarse tontamente a los empresarios de tradición y afición, los de gastos a cubrir y beneficios lógicos, que es como ha funcionado siempre la fiesta del toro.
También recordar, porque ya no existen, aquellos empresarios románticos que invirtieron sus dineros, con mayor y casi siempre con menor fortuna, porque amaban profundamente el toreo y todo lo que representa.
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