TOROS DEL CONDADO S.L

TOROS DEL CONDADO S.L

lunes, 9 de mayo de 2011

UN TORERO DE CABALLO, DEJA DE SEGUIR CUMPLIENDO SUS SUEÑOS.

UN VIDEO DEL CABALLO ESPAÑOL, CURIOSO Y DIGNO DE VER HASTA EL FINAL:


Antonio Domecq ha dicho adiós definitivamente al toreo a caballo. Desde su caída que tuvo este hombre de un caballo, acarrea ciertas dificultades de visión, por el porrazo tan fuerte que llevo en su cabeza. Esta ha sido su mayor problema, que mayormente le ha dado de pensar el seguir o no en la cara del toro, tomando la iniciativa después de meditarla durante mucho tiempo, de no seguir toreando a caballo puesto no se encuentra al cien por cien para estar delante de la cara de un toro.

Este hombre viene de una dinastía de toreros a caballo, llevando él cuarenta años montando a caballos toreros. Este Domingo día 8 de Mayo, ha dicho adiós definitivo de su profesión, no podía haberlo hecho en otro sitio que no fuese su tierra, donde le vio nacer y crearse como un buen rejoneador, Sevilla, en la Real Maestranza.

En esta corrida torea él en primer lugar, siendo el más viejo de alternativa de los seis que este día toreaban a caballo. Empieza brindándole el toro a su mujer y a su hijo de doce años de edad, el cual parece ser que le gusta el mundo del caballo y el toro, habiéndoselo inculcado su padre desde pequeño y sobre todo un niño que según su padre sabe montar muy bien a caballo y hace sus pinitos rejoneando. Empieza la lidia de su primer y único toro de la corrida matinal de rejones, y cuando Antonio Domecq toma su primera banderilla, se dirige a brindarle ese tercio al Maestro y fotógrafo Francisco Cano “Canito”. Debo de reconocer, que las emociones empezaban a calentarse, veíamos todos que los sentimientos de este rejoneador eran muchos, y precisamente cargados de buenos sentimientos y agradecimiento a muchas personas de este su mundo taurino. Ya había brindado su toro a su mujer y a su hijo, pero no se podía olvidar de una persona que lo tenemos todo el mundo del toro como ejemplo a seguir, “Cano”, una persona que sigue como fotógrafo taurino con tan solo “99” años de edad, día tras día, dando ejemplo de su devoción y respeto a la fiesta. Cuando parecía que ya se habían acabado los brotes de sentimientos y la lidia seguía llevando su curso, Antonio Domecq, terminando su tercio de banderillas, pide permiso a la autoridad para poner un par de banderillas a dos manos, brindándoselas a su hermano Luis y a su tío Alvaro, los dos rejoneadores conocidos por todos nosotros, nada, seguían las emociones y el nudo en la garganta era inevitable para todos los que estábamos aconteciendo el festejo. La verdad que toda una vida y trayectoria de un torero, no es nada fácil, y en un día tan señalado es muy normal que salgan todas esas frustraciones acumuladas.

Termina Antonio Domecq su lidia de su toro, llega la hora de darle muerte a su toro y por lo dicho anteriormente, el cruce que le hace su visión, da dos pinchazos en muy mal sitio hasta que termina con su astado. Como es normar y en Sevilla, con dos pinchados no se le da trofeo alguno, pero el público le reconoció su faena y mas el día que era y le pidió que diera una vuelta al ruedo. Esta vuelta no se le ocurre otra cosa que sacar con él a su hijo, dándole un abrazo de padre a hijo muy largo y sobre todo, hay nos dimos cuenta todos los que pudimos tener la suerte de verlo, que Antonio Domecg, deja el oficio por necesidad de su enfermedad, pero no por no querer a esta fiesta. Ya terminando la vuelta al ruedo, este hombre Antonio Domecq y en el tercio de la plaza se quita el mandil que les protege a los rejoneadores de sus piernas, dándoselo a su hijo, como testimoniándole de lo que él, su padre estaba haciendo en ese momento y al mismo tiempo dándole los trastos al hijo, como queriendo decirle al hijo ¡ahora te toca a ti, seguir el camino que yo he tenido que dejar aunque ese haya sido sin yo quererlo, sino por obligación!, desde ese momento, se nos desataban a todos los nudos que teníamos en la garganta, dándole pie a las lagrimas de emoción, no podía ser para menos, se retiraba un hombre del torero, habiéndolo dado todo por él.

Ya por último, y habiendo terminado de dar la vuelta al ruedo con el hijo, Antonio Domecq llamo a toda su cuadrilla a la plaza, para despedirse y darle todo su agradecimiento, por todo el tiempo que han estado a su lado en lo largo de su carrera profesional como Rejoneador.

También quiero destacar y sobre todo que se sepa, que los dos hermanos Domecq, Antonio y Luis, cuando ellos rejoneaban e iban juntos, vinieron a dar un festejo en mi pueblo, Castellar de Jaén. Por entonces yo era un niño, llegaron a mi pueblo estos dos rejoneadores con sus caballos por la mañana a la plaza de toros, vieron un problema nada más llegar, no había un sitio adecuado para poder poner los caballos para que descansaran y pudieran acondicionarlos para la lidia, ni el ayuntamiento ni la empresa entonces supieron darle una solución, estos dos rejoneadores dijeron que si no se le facilitaba un sitio se iban sin dar el festejo (entonces no poseía la plaza del matadero y aun menos de la cuadra), pero yo que estaba allí y lo estaba escuchando todo, les dije que si ellos querían, yo podía hablar con mi abuelo, y que les dejase las cuadras que el tenia para las vacas de leche. Mi abuelo, ha sido un hombre que siempre ha estado vinculado al trato del ganado y a las vacas de leche, y sobre todo teniendo él, dichas cuadras, o establos muy cerca de la plaza de toros. Estos rejoneadores pusieron oído a lo que yo les dije, fuimos, hablamos con mi abuelo, y él, no puso impedimento alguno, al contrario, les facilito todo lo que él podía tener en sus manos. Por este motivo y mas siendo mi abuelo el que en aquel día facilito dicha cuestión para que Castellar pudiéramos disfrutar aquel día de estos dos rejoneadores, hoy he visto oportuno que todo el mundo lo supiera, ¿Por qué no? ¡Gracias abuelo!, ¡sin tu darte cuenta, aquel día hiciste un grato favor a tu pueblo, y a tu nieto lo llenaste de orgullo y satisfacción!

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